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    Con sus esclarecedoras exposiciones de la ciencia del yoga y los comentarios de Paramahansa Yogananda sobre las escrituras, mediante sus sensatos y compasivos consejos para afrontar los desafíos de la vida diaria, y a través de los conmovedores e instructivos recuerdos de sus experiencias con el Gurú, Sri Mrinalini Mata ha bendecido a la creciente familia de SRF con la riqueza de una inspiración perdurable que fluye del manantial de su permanente sintonía con el Gurú.

    Nos gustaría compartir ahora con ustedes algunos extractos de sus escritos y videos, que constituyen sólo una muestra de las numerosas clases y conferencias que Sri Mrinalini Mata impartió a lo largo de varias décadas.

    La antigua y sagrada ciencia del yoga

    «Los comienzos de la misión de Paramahansa Yogananda» (en inglés)

    Duración: 4:51

    Sri Mrinalini Mata trata sobre el origen y desarrollo de la misión de Paramahansa Yogananda para revelar la unidad existente entre las escrituras de Krishna y Cristo a la luz de las eternas verdades del yoga. 

    Del DVD (en inglés) «Un portal hacia la luz interior»

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    «Kriya Yoga, la ciencia de la unión con Dios» (en inglés)

    Duración: 3:36

    Sri Mrinalini Mata nos alienta a practicar Kriya Yoga con fe porque es la ciencia de la unión con Dios, cuyos resultados se producen de manera matemática, y proporciona una enorme capacidad para ser buenas personas y hacer el bien en este mundo.

    Del DVD (en inglés) «Sean mensajeros de la luz y el amor de Dios»

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    «Practica Kriya Yoga todos los días» (en inglés)

    Duración: 2:59

    Sri Mrinalini Mata comparte más consideraciones sobre los beneficios que para el despertar del alma supone la práctica diaria de Kriya Yoga unida a la devoción a Dios.

    Del DVD (en inglés) «Sean mensajeros de la luz y el amor de Dios»

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    «Om, la Vibración del Espíritu Santo» (en inglés)

    Duración: 2:45

    Sri Mrinalini Mata aclara uno de los aspectos centrales de las enseñanzas esotéricas de Jesucristo, tal como se revelan en el comentario de Paramahansa Yogananda sobre los cuatro Evangelios, titulado La Segunda Venida de Cristo: La resurrección del Cristo que mora en tu interior.

    Del DVD (en inglés) «Un portal hacia la luz interior»

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    «Mirad, el Reino de Dios está dentro de vosotros» (en inglés)

    Duración: 1:19

    Reflexiones sobre las enseñanzas esotéricas de Cristo y su unidad con las enseñanzas del yoga.

    Del DVD (en inglés) «Un portal hacia la luz interior»

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    «Karma y samskaras» (en inglés)

    Duración: 6:10

    Esclarecedora y amena explicación sobre cómo el karma pasado puede afectar negativamente a nuestro estado actual de conciencia, acompañada de consejos para poder sobreponernos a tales influencias.

    Del DVD (en inglés) «Sean mensajeros de la luz y el amor de Dios»

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    Extractos de charlas y escritos de Sri Mrinalini Mata:

    Se han escrito enormes volúmenes acerca de la complejidad de la ciencia del yoga y sobre cómo actúan sus técnicas de pranayama (el control de la fuerza vital) para llevar la conciencia de nuevo a Dios. Leerlos y asimilarlos llevaría una vida entera, ¡o más! Pero la práctica de Kriya es muy sencilla. El devoto no necesita comprender la abstrusa metafísica implicada. Y después de todo, ¿gobernamos nosotros el universo de Dios? ¿Acaso las leyes de la física sólo funcionan cuando nosotros les decimos cómo deben hacerlo? ¡Por supuesto que no! Las leyes cósmicas actúan en todo momento, bien sea que conozcamos o no la forma en que operan.

    Así pues, cuando uno practica Kriya ―y aplica no sólo la ley, que está plasmada en la técnica, sino también el otro factor necesario que he mencionado: el amor a Dios, el anhelo y deseo de Dios en el corazón―, entonces los profundos principios metafísicos de la ciencia del yoga entran en juego de manera automática. Al practicar la técnica de pranayama de Kriya Yoga, que «magnetiza» la espina dorsal, la concentración se interioriza. Y cuando la mente se ha concentrado en Dios y se tiene devoción en el corazón y se practica la sencillísima técnica de Kriya, entonces, automáticamente ―sin necesidad de conocer siquiera los complicados caminos por los cuales el prana asciende y desciende por la espina dorsal, o cómo la conciencia atraviesa los chakras (aspectos cada vez más sutiles de la creativa Vibración de Om), o qué es lo que ocurre en el ojo espiritual (kutastha)―, las leyes de Dios actúan para centrar interiormente la conciencia en el altar de la percepción de Dios. Se sintoniza uno con la gran fuerza vibratoria del amor de Dios, esa magnética fuerza de atracción que existe en la creación y en toda alma. Cuando, gracias a la devoción y a una prolongada y correcta práctica de Kriya ―durante años, si es preciso―, la atracción magnética de la fuerza que se dirige al interior se torna más poderosa en el devoto que la fuerza de maya que atrae hacia el exterior ―la cual lo ha hipnotizado haciéndole creer que el cuerpo y el mundo son reales―, entonces el devoto puede entrar a voluntad en el estado de interiorizada comunión con Dios.

    (Del libro Manifiesta la conciencia divina en tu vida diaria)

    Recordando a Paramahansa Yogananda

    «El gran samadhi del Maestro en 1948» (en inglés)

    Duración: 6:45

    Fascinante descripción, de primera mano, de una de las experiencias de comunión con Dios más impresionantes y sublimes que tuvieron lugar en la vida de Paramahansa Yogananda.

    Del DVD (en inglés) «En su presencia»

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    «Cómo saber que progresas espiritualmente» (en inglés)

    Duración: 7:17

    Basándose en su entrenamiento en el ashram de Paramahansa Yogananda, Sri Mrinalini Mata comparte divertidas e instructivas anécdotas que nos alientan a todos a perseverar en nuestros esfuerzos espirituales.

    Del DVD (en inglés) «Sean mensajeros de la luz y el amor de Dios»

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    «Las enseñanzas serán el gurú» (en inglés)

    Duración: 1:58

    Sri Mrinalini Mata nos hace partícipes de las palabras que pronunció Paramahansa Yogananda respecto a la continuidad de su obra espiritual, sobre la que aseguró que perduraría a través de las enseñanzas y las bendiciones de la sucesión de Gurús de SRF.

    Del DVD (en inglés) «En su presencia»


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    Extractos de charlas y escritos de Sri Mrinalini Mata:

    Permítanme relatarles algo de aquellos últimos años con Gurudeva [Paramahansa Yogananda]. Podría decirse que los que llegamos al ashram en sus últimos años éramos «la generación más joven». Estaban los benditos seres que habían llegado en sus primeros años: Daya Mata, Ananda Mata, Durga Mata, los Lewis, etcétera. Después hubo una temporada en la que vinimos muchos de su templo de San Diego. El Maestro nos llamaba «mi redada de San Diego». De modo que, con esa nueva generación, podría decirse que el Maestro tenía la dicha de un padre que afianza correctamente los pasos de sus hijos pequeños en el sendero de la vida. Durante aquellos dos o tres primeros años, solía pasar largo tiempo con nosotros en Encinitas. Por aquel entonces, muchos de nosotros íbamos a la escuela. Y aún puedo recordar la emoción con la que, al bajar del autobús escolar y dirigirnos a la entrada de Encinitas, alzábamos la mirada hacia la ventana de Guruji para ver si estaba en casa. La persiana graduable aparecía abierta casi siempre; así sabíamos que el Maestro se encontraba allí y que después nos saludaría con la mano dulcemente. Algunas veces nos hacía señas para que nos acercáramos, y entonces compartía con nosotros algún mango o unos dulces.

    Por las tardes nos llamaba a todos; nos sentábamos en torno a la mesa del comedor, o bien él se sentaba en el amplio salón y nosotros nos agrupábamos a sus pies, y charlaba informalmente. A menudo le pedíamos que nos relatara anécdotas de su entrenamiento con su propio gurú, Swami Sri Yukteswar. Algunas veces lo animábamos a sacar las tablas o el armonio y disfrutábamos de un largo período de canto devocional con él. Otras veces, ya muy tarde por la noche, inesperadamente proponía: «Vamos a la cocina a hacer un curry». Así que reuníamos algunas coliflores, repollos, patatas ―lo que pudiéramos encontrar―, y el Maestro hacía un curry. Y mientras le ayudábamos, jugaba con nosotros pidiéndonos una espátula, o patatas, o alguna otra cosa con cualquier palabra que le viniera a la mente. Una vez me miró a mí y me ordenó: «Ponte un “General Pershing”». Me dirigí inmediatamente a donde estaban colgados los delantales y me puse uno. Recuerdo que había un devoto que siempre pretendía razonarlo todo. «¿Qué significa un “General Pershing”?». Si piensas, ¡te equivocarás siempre! El Maestro afirmaba: «No pienses. Lo que has de hacer es estar en sintonía». Cuando la mente se hallaba en sintonía con él, captabas su pensamiento. Sonrió diciéndome: «¡Muy bien!».

    El Maestro estaba tratando de enseñarnos: «Si te mantienes en sintonía conmigo incluso en las cosas pequeñas, entonces te hallarás en sintonía con la ayuda espiritual que estoy intentando brindarte». La conciencia espiritual del Gurú es esa parte de su ser que ha despertado del sueño cósmico; ésa es la parte con la que el Gurú quiere que estemos en constante sintonía. Eso es lo que comprendía Gyanamata cuando decía: «Recuerda que el Gurú es siempre el gurú…, aun cuando no esté actuando conscientemente como tal». Cualquiera que fuese el tipo de juego o de relación que tuviéramos con él en este plano, Guruji procuraba siempre llegar a nuestras almas y a nuestras mentes para sintonizarlas con ese otro plano más elevado en el cual él, en su naturaleza divina y unidad con Dios, moraba y operaba siempre.

    (Revista Self-Realization, primavera de 2003, y grabación de audio en inglés «Si conocieras al Gurú»)

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    A principios de marzo de 1952, él [Paramahansa Yogananda] abandonó el desierto por última vez y regresó a Mount Washington. Aquel último día, cuando estaba preparado para ir al hotel Biltmore, donde tenía que hablar en el banquete que se celebraría en honor del embajador de la India, yo iba caminando a su lado llevando algunas de sus cosas. Al llegar al ascensor, se giró y, mirándonos a mí y a otra devota que se encontraba allí de pie, dijo: «Me voy al Biltmore y no volveré».

    ¿Saben? Hay momentos en los que la mente simplemente no acepta ciertas cosas. En el fondo, mi alma sabía lo que significaba aquello, pero la mente no lo reconocía. Subí con él en el ascensor. Me dijo algunas cosas muy dulces, muy hermosas, y me dio su bendición.

    En nuestro trato con el Maestro, era tradicional entre quienes le servíamos que, si no íbamos a ir con Guruji, siempre le acompañáramos hasta el coche. Pero aquella vez ocurrió algo inusual. A pocos pasos del ascensor se detuvo, se dio la vuelta (yo iba caminando detrás de él) y me miró durante lo que pareció un largo rato. Después me indicó: «Ahora vete arriba. Márchate». Esperó hasta que empecé a irme, y entonces se volvió y se encaminó hacia el coche.

    Al comenzar a subir la escalera, algo dentro de mí ―de nuevo era el alma, que conocía el drama que iba a ocurrir― me hizo detenerme. Me quedé inmóvil en los escalones. Era como si cada célula, cada partícula de mi conciencia gritara, sin emitir sonido alguno, su agonía, su inmenso dolor. Entonces, el velo de maya oscureció de nuevo mi comprensión, y me dije: «¿Qué es esto? ¡Qué raro! ¿Qué es este sentimiento?». Y lo encubrí.

    En aquellos días, nunca salíamos a ningún sitio sin el Maestro. Si él nos llevaba, íbamos. Si él no nos llevaba, no íbamos a ninguna parte. Pero aquella noche nos había dado permiso para cenar fuera a fin de celebrar el cumpleaños de uno de los devotos. Al regresar a casa, Meera Mata salió a nuestro encuentro y nos dio la noticia de que Guruji había abandonado su cuerpo.

    Al subir a sus habitaciones, donde su forma física estaba siendo velada ―¡qué hermosa era!; aunque estuviéramos tristes, seguía siendo hermosa―, era impresionante percibir que el cuerpo de Guruji conservaba esa belleza y mantenía su comunicación con nosotros a través de la belleza de aquella forma. No podía uno creer que la vida hubiera huido. Una sonrisa tan dulce…, te embargaba un sentimiento tan arrollador cuando entrabas en la habitación… Fue una experiencia muy, muy intensa. […]

    Si uno quiere conocer al Gurú, tanto si se halla encarnado como si está en espíritu, ha de ser en el plano de la comunión divina: a través de una meditación más profunda, de una mayor abnegación, renunciando cada vez más al egoísmo que quiere luchar por sus «derechos», que se abandona cayendo en estados de ánimo negativos, que desea una cierta posición, que se implica en mezquindades, en la envidia, en el desánimo… Si uno quiere conocer al Gurú, ha de ser en el plano del amor divino, de la humildad, de la entrega total, mediante el sencillo cumplimiento del perfecto y completísimo sadhana que él nos dio. […] ¡Ojalá se haga tan real para cada uno de ustedes como real lo fue para nosotros cuando estuvo encarnado en la bendita forma de Paramahansa Yogananda!

    (Revista Self-Realization, primavera de 2003, y grabación de audio en inglés «Si conocieras al Gurú»)  

    Cómo afrontar los desafíos de la vida mediante la sabiduría, la fuerza de voluntad y la devoción

    «La práctica de la presencia de Dios: cambia tus pensamientos, cámbiate a ti mismo» (en inglés)

    Duración: 3:58

    Orientación y aliento para resistirse a los estados de ánimo negativos mediante la afirmación de la presencia de Dios en nuestro interior.

    Del DVD (en inglés) «Sean mensajeros de la luz y el amor de Dios»

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    Extractos de charlas y escritos de Sri Mrinalini Mata:

    En primer lugar, tendríamos que recordar que somos nosotros mismos los artífices de las pruebas que padecemos. Nuestras dificultades en la vida se deben principalmente a nuestras propias acciones erróneas o equivocadas. Eso es lo que produce los desagradables resultados a los que hemos de hacer frente. Pero puedo indicarte una de las mejores maneras de afrontarlos: No seas fatalista. […]

    Frecuentemente los devotos se lamentan: «Tengo esta dificultad en mi negocio. Tengo tal problema en la meditación, en mi familia, en mi cuerpo. Pero ¿qué voy a hacer? Es mi karma. Debo soportarlo».

    Nuestro gurú, Paramahansa Yogananda, nunca aceptó esa idea; y nos enseñó a no aceptarla. Si bien es cierto que los problemas que tenemos provienen del uso equivocado de nuestro libre albedrío, nunca, nunca deberíamos permitir que la mente aceptara las limitaciones impuestas por los resultados de las pasadas acciones erróneas. Paramahansaji nos enseñaba: «Tú eres hijo de Dios. Su imagen mora en el templo de tu cuerpo. Así como Él es todopoderoso, así también tú eres todopoderoso».

    Dado que el universo entero de maya (la ilusión) proviene de la conciencia cósmica de Dios y existe en su interior, podría decirse que el Señor mismo tiene la ilusión dentro de Sí. Pero a Él no le afecta y se niega a ser limitado por ella. Su conciencia divina, al estar más allá de toda ilusión, mantiene el poder, el control sobre ella. De la misma manera, aunque nosotros estemos moviéndonos en el mar de maya ―sujetos externamente a sus relatividades de alegría y tristeza, placer y dolor, salud y enfermedad, éxito y fracaso―, interiormente hemos de aprender a mantener nuestra conciencia sin que nos afecte.

    ¿No es eso lo que Bhagavan Krishna enseña en el Bhagavad Guita? «Aquellos que poseen una ecuanimidad inalterable han superado, incluso en este mundo, las relatividades de la existencia (nacimiento y muerte, placer y dolor). De ese modo, están entronizados en el Espíritu ―en verdad, el inmaculado Espíritu, que se halla en perfecto equilibrio». El Señor Krishna exhorta al devoto una y otra vez: «¡Oh, mi devoto, sé tú de mente ecuánime! No permitas que la paz de tu mente sea sacudida arriba y abajo por las olas del cambio». Y va más allá, haciendo hincapié precisamente en lo que Gurudeva enfatizaba tanto: la Divinidad mora en tu interior. Usa tu voluntad. Utiliza ese don de la Divinidad para resistir al karma del sufrimiento. […]

    Supongamos que constantemente estás pensando para tus adentros: «Mi karma, mis samskaras (es decir, las fuertes tendencias actuales que son el resultado de acciones de vidas anteriores) me hacen fracasar. Por lo tanto, de nada sirve hacer esfuerzo alguno, porque, haga lo que haga, no puedo tener éxito en nada». Así que abandonas. Tu voluntad se paraliza. Por falta de uso de la voluntad divina que existe en tu interior, el patrón de fracaso se va haciendo más profundo. No cambia ni se rompe; realmente lo estás acrecentando. De ese modo, podrías arrastrar innecesariamente el mismo patrón kármico de una vida a otra, incluso a lo largo de muchas vidas. Así pues, si tienes una actitud fatalista, deshazte de ella. No aceptes nunca ninguna limitación sugerida por tu karma como si fuera un decreto inalterable del destino.

    (Revista Self-Realization, verano de 2015)

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    La única relación verdadera es la relación del alma con el Espíritu, la unidad del alma y de todo el ser con Dios. Por eso Paramahansaji nos explicaba: «En esos breves momentos, si le expresas tu amor a Dios, sentirás con mayor intensidad su divina respuesta. Y te darás cuenta de cómo ese amor satisface y colma plenamente tu vida».

    Sólo una cosa es necesaria, algo que nadie más te puede dar: el estímulo de tu voluntad y esfuerzo para practicar lo que nuestro Gurú nos ha enseñado. Yo puedo prometerte que, así como la Madre Divina satisfacía y colmaba cada necesidad —cada pequeño antojo, podríamos decir― que pasaba por la conciencia del Maestro, así Dios hará lo mismo por ti y por cada uno de nosotros. Debes trabajar y llevar a cabo tus obligaciones en el mundo. Dios no pretende que las descuides, y no tienes que descuidarlas. Descubrirás que, como dije al principio, a medida que te acercas más a Dios, gradualmente te conviertes en un ser más perfecto y equilibrado. Puedes cumplir con tus responsabilidades de manera más adecuada. Puedes amar a los demás con mayor pureza; y tus relaciones con ellos empiezan a mejorar. Tu comprensión comienza a aclararse, por lo que, cualesquiera que sean las condiciones a las que debas hacer frente en la vida, puedes tener una perspectiva despejada y comprender cómo guiar la vida a través del laberinto de las experiencias. Dios te mostrará el modo de hacerlo.

    (Del libro Manifiesta la conciencia divina en tu vida diaria)

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    Descubrirás que la vida interior es lo único a lo que tienes que aferrarte cuando «las cosas se ponen difíciles» en el camino espiritual. Si tienes la capacidad de interiorizarte, de entrar dentro de ti, donde encuentras tu relación íntima con Dios y el Gurú y tu verdadero Ser, entonces no habrá prueba, ni dificultad, ni suficiente ilusión que pueda desestabilizar tu esfuerzo espiritual. Tu vida interior se convierte en lo único que es real para ti; y aunque vivas y te muevas en el mundo exterior, podrás verlo, como decía nuestro bendito Maestro, sólo como el sueño o el drama de Dios. Para quienes creen que es real, es una pesadilla. Quienes lo conocen como un sueño saben cómo vivir y comportarse correctamente de modo que, gracias a ellos, el sueño pueda resultar un poco más hermoso, un poco más apacible. Tales personas alivian la pesadilla de otras almas que sufren, que luchan, mediante su propia comprensión, mediante su propio ejemplo. De eso es de lo que trata la vida espiritual: apartarse de lo irreal y retornar a lo Real. Y el único lugar en el que puedes encontrar lo Real es la vida interior.

    (Revista Self-Realization, invierno de 2013, y grabación de audio «La vida interior»)

    La sintonía con el gurú

    En el gurú encontramos todo lo que necesitamos para la salvación, que es la suprema respuesta que Dios nos da. En la forma del gurú y en el sadhana [es decir, el camino de la disciplina espiritual] que él nos muestra, se encuentra todo lo esencial para guiarnos, fortalecernos, inspirarnos y llevarnos de regreso a Dios; excepto una cosa: lo que falta todavía es la gracia plena de Dios. Cuando Él nos conduce al gurú, la gracia ha empezado a manifestarse. Cuando la gracia llega plenamente, tenemos a Dios mismo. Y esa plenitud se alcanza a través de la relación gurú-discípulo. Así como en este universo todo está gobernado por leyes, así también nuestra búsqueda de Dios está guiada por un decreto divino: «Si quieres conocerme, hijo mío, reconóceme en mi emisario, en mi representante: el gurú».

    ¿Qué es el gurú? Paramahansaji lo explicaba de una manera hermosa con estas sencillas palabras: «El gurú es la voz audible del Dios silente». La mayoría de nosotros ha orado a un Dios que no ha visto, cuya voz no ha oído. Tenemos fe en su palabra tal como viene registrada en las escrituras. Tal vez tenemos fe en las experiencias de los santos y los grandes maestros que nos dicen que Él es. Pero cuando se establece la relación gurú-discípulo, nuestro gurú se convierte en la voz audible del Dios silencioso.

    Una vez que el discípulo ha pasado por todo lo que tiene que pasar como discípulo ―los entusiasmos, las pruebas de purificación― y ha sido atraído hasta un punto en el que está preparado para ser presentado a Dios, se da cuenta al fin y de manera plena de lo que ya sabía intelectualmente por las escrituras y que incluso puede que percibiese en su corazón: que el gurú no era otro que Dios mismo. Ése es el supremo logro de la relación gurú-discípulo.

    (Revista Self-Realization, otoño de 2015 y charla en audio «El gurú: un mensajero de la verdad»)

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    Hoy en día, aunque ya no esté físicamente con nosotros, veo que la guía y las bendiciones que proceden de nuestro Gurú son tan reales como lo fueron durante su vida. Sé cuándo está disciplinándome o guiándome. Es igual de tangible, ¡y puede ser igualmente doloroso! Pero esa orientación y ese dolor me ayudan a superarme. De igual modo, todo el que busque sinceramente a Dios comprobará en su vida que el Gurú le ayuda y le guía en la ruta. A medida que lleves a cabo tu parte en el camino espiritual, recibirás sus bendiciones; y, gracias a ellas y a tus esfuerzos personales, recibirás las bendiciones y la gracia de Dios.

    Dios y el Gurú te enviarán dificultades; te disciplinarán cuando sea necesario. Pero al continuar en el camino, aprenderás ―así como nosotros tuvimos que aprender y seguimos aprendiendo sin cesar― a aceptar esa disciplina con la actitud correcta. Te darás cuenta de que todo pesar o alegría que se presenta no es una simple circunstancia casual. Viene a ti, procedente de Dios y del Gurú, como parte de tu karma, en el momento que estás preparado para expiarlo, y llega por una razón: existe en esa situación una lección que has de aprender. Una vez que lo hayas hecho, descubrirás que eres mucho más libre, que estás mucho más cerca de Dios. Te hallarás menos limitado por las restricciones del cuerpo y de la mente; y sentirás que ese Infinito Poder, ese Infinito Amor y Gozo, se expresan en tu vida en mayor grado.

    (Del libro Manifiesta la conciencia divina en tu vida diaria)

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    Cuando el Maestro se hallaba con nosotros, nos guiaba. Y si estábamos cometiendo un error, nos advertía con pocas palabras o incluso mediante una silenciosa pero significativa mirada. Nos indicaba qué debíamos hacer para comportarnos correctamente. Él ya no está aquí en su forma física para señalarnos esas cosas. Pero, como él nos dijo: «Cuando me haya ido, las enseñanzas serán el gurú. Por medio de las enseñanzas de SRF estarán en sintonía conmigo y con los Grandes Gurús que me han enviado». Y ahora me doy cuenta de qué modo tan real se manifiestan dichas palabras porque, cuando hemos asimilado a fondo las enseñanzas del Maestro contenidas en sus libros y en las Lecciones de SRF, comprendemos que no sólo son para nosotros una fuente de constante inspiración, sino también una guía de orientación personal. Descubrimos que cuando verdaderamente necesitamos orientación, cuando de verdad necesitamos protección frente a alguna fuerza de maya que está intentando engañarnos o que pretende tentarnos, si hemos conseguido asimilar las enseñanzas del Maestro hasta el punto de que formen parte de nosotros, sus palabras acuden en nuestra ayuda.

    (Revista Self-Realization, otoño de 2016)

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    [Paramahansa Yogananda] solía exhortarnos a los discípulos que residíamos en el ashram: «Tienen que conocer mis enseñanzas íntegramente». A cada uno de ustedes le repite lo mismo. No dejes a un lado ninguna de sus publicaciones porque creas que es demasiado difícil. Alguien me ha comentado: «¡Oh! Me gusta en especial este o aquel libro de Gurudeva. Pero el Bhagavad Guita… ¡es muy profundo! Es un hermoso libro y sé que el menor contacto con él me aporta gran inspiración. Pero por ahora lo dejo en el estante».

    Sé que el comentario del Guita escrito por el Maestro ¡es profundo! Es toda la ciencia del universo, toda la ciencia del Creador, toda la ciencia de lo que tú eres y de aquello en lo que te has de convertir. Pero no te sientas intimidado por ello; nunca enfatizaré este punto lo suficiente. Durante los doce años en los que estuve trabajando en esa publicación, observé cuán profundamente iba cambiando mi conciencia a medida que me sumergía en la hondura y significado de la sabiduría percibida por Gurudeva. No te quedes atascado y creas que tienes que intelectualizar y ser capaz de repetir toda la filosofía del yoga y la simbología de las metáforas. Simplemente, léelo. ¡Simplemente, léelo! Verás que, a través de sus comentarios, Guruji te está hablando a ti. ¡Hay tanta sabiduría allí! Lee sus páginas con detenimiento y comprobarás que en algún lugar, a lo largo de la lectura, de pronto lo captas. De ese modo, Guruji se habrá dirigido a ti, y dirás: «¡Oh, nunca antes había entendido esto tan claramente!».

    He oído a los devotos decir esto en el ashram muchas veces, porque yo los animaba de la misma manera. Alguno decía: «¡Oh, el Guita no está a mi alcance!». Yo respondía: «¡No es cierto! Hay mucho en él que es tan sencillo, tan hermoso, tan práctico. No te detengas en cada página pensando que no puedes seguir adelante mientras no hayas comprendido todos los conceptos metafísicos más profundos. Simplemente, sigue leyendo». Y después, muchos comentaban: «¿Sabe? Cuando hice eso, tras unas pocas páginas o algunos capítulos, no sé qué pasó, pero sentí que mi conciencia había cambiado, que mi comprensión había cambiado; mi deseo de convertirme en una persona diferente, mejor, más espiritual había cobrado vida».

    Así pues, no dejes a un lado ninguno de los escritos de Gurudeva, mientras seguimos entregándote grandes tomos de su sabiduría. No los escribió para guardarlos en alguna biblioteca o almacén; los escribió para que te fueran entregados a ti. Atesora cada uno de ellos; léelos, asimílalos. Comprobarás que simplemente al leerlos, y aun cuando creas que no lo estás captando todo, de pronto tu mente se abre. Tu conciencia está siendo cambiada.

    (Revista Self-Realization, invierno de 2004)