
«Dios juega al escondite a través de los corazones humanos, para que finalmente puedas comprender que es su divino amor lo que estás buscando en los amores humanos. Si excluyes a Dios de tus amores humanos, el amor se marchita. Pero al llevar a Dios a tu vida cotidiana, el amor humano ordinario se transforma en amor divino, que brota de la imagen de Dios que mora en tu interior».
«No es necesario conocer y amar a todos los seres humanos y demás criaturas en forma personal e íntima. Sólo es preciso que estés siempre dispuesto a irradiar la luz de tu servicio amistoso sobre todas las criaturas que encuentres en tu camino. Esta actitud requiere de un esfuerzo mental y una buena disposición constantes; en otras palabras, se necesita altruismo».
«Si comprendemos el propósito espiritual de las relaciones —enseñar a expandir el amor por uno mismo en círculos cada vez más amplios de amor por los demás—, entonces, a través de las puertas de la amistad, el afecto conyugal, el amor maternal y paternal, el amor a todos nuestros semejantes y a todas las criaturas animadas, podemos entrar en el reino del supremo y todopoderoso Amor Divino».
«Ningún amor es amor verdadero hasta que se unifica con el amor de Dios, pues todo amor verdadero proviene sólo de Dios. Para que el amor humano sea divino, es necesario que sea profundo y desinteresado. Debes purificar el amor de tu corazón hasta convertirlo en amor divino».
Afirmación para practicar: «Al irradiar amor y buena voluntad hacia los demás, abriré la vía para que el amor de Dios venga a mí. El amor divino es el imán que atrae hacia mí todo bien».
En el siguiente enlace encontrará más orientación e inspiración profunda de Paramahansaji sobre la naturaleza del amor divino, y sobre cómo sentirlo y expresarlo en su vida.
Más del blog de SRF

diciembre 20, 2022