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Un miembro de Europa escribió: «Gracias por enviarnos a los Hermanos de la Sede Central que vinieron de viaje. ¡Oh! ¡Qué preciosos momentos durante aquellos encuentros…! ¡Qué gozo y qué alegría! Fui tratado como si yo fuera ¡un gran yogui! ¡Fue estupendo! En la vida cotidiana, cuando el «gran yogui» empieza a venirse abajo otra vez, los esfuerzos por conformar mi vida a las enseñanzas de Guruji se ven alentados y fortalecidos con entusiasmo por la amorosa atención de la que fui objeto, y gracias a su recuerdo».

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El Hermano Devananda y el Bramachari Lynn visitaron Sydney, Melbourne y Perth, en Australia, y Auckland, en Nueva Zelanda. Los participantes acogieron calurosamente sus inspiradoras y prácticas ideas; uno de ellos escribió: «Nos han dado consejos realistas respecto a cómo encajar nuestra rutina espiritual en la vida cotidiana. Tener entre nosotros al Hermano Devananda y al Bramachari Lynn durante estos últimos cuatro días ha sido como degustar el cielo».

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«¡Qué inapreciable estímulo y aliento recibimos de estas visitas! Para nuestra devoción, para nuestro entusiasmo, para la determinación de nuestro esfuerzo en recorrer el camino espiritual. […] La presencia y el ejemplo de los monjes es un regalo; atesoramos profundamente aquellos momentos».

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«Las exposiciones públicas fueron impactantes. Se nos dio una combinación de Guiana, Bhakti y Karma Yoga que fue de gran inspiración para mucha gente de esta ciudad: miembros, familiares, amigos y público en general. La inspiración y los conocimientos que recibimos de los miembros monásticos permanecerán con nosotros en los años venideros.

»Hemos sido los destinatarios de los mayores regalos que pueden recibir los seres humanos: las técnicas y enseñanzas de los Maestros. Considero que es muy importante y útil estar en contacto con los monjes y monjas, pues aportan una información adicional muy especial: la inspiración, basada en una lucha y un esfuerzo profundos realizados a lo largo de muchos años, que puede mostrar al nuevo, o relativamente nuevo, estudiante qué se puede hacer con ese gran conocimiento.

»Además, cada uno de los devotos que conozco, que son activos colaboradores de estas grandes enseñanzas en el grupo de meditación de Portland, se ha sentido profundamente inspirado por la visita. El nivel de energía subió. La vibración fue cálida y sagrada. El amor se incrementó. El trabajo se hizo de modo armonioso y equilibrado. Fue divertido. ¿Qué más podíamos pedir?».